sábado, 10 de marzo de 2012

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Claro que yo también quise ser princesa y el centro de su universo y un poema. Y que llegara tarde al trabajo alguna vez por mi culpa. Que los eneros no tuviera que recurrir a la estufa para calentarme los pies. Quería aquello y eso y lo otro y un poco de aquí y otro poco de allá y a el. Sobretodo yo lo quería a el. Quería tartas en todos mis cumpleaños y una posdata que dijera "te echo tanto de menos" y "cariño" y "amor" y "gordita" y un "¿como estas de tus jaquecas?” y un " te sienta tan bien ese vestido". Quería desnudarme en sus pupilas, comer helado en su espalda, fumarme un cigarro en su boca, un silencio que rompiera su palabra, un hombro que durmiera mis bostezos, que me sentara mejor aquella falda y esa blusa y su piel. Sobretodo su piel.

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